La velocidad en natación depende de la frecuencia y longitud de brazada.

De Xavier Abalos @xavabalos
 
Cuando la natación se convirtió en potencia-resistencia

Ya desde mis años como estudiante, y después como deportista amateur, una de las preguntas que siempre ha rondado por mi cabeza fue porqué los nadadores se pasan tantas horas dentro de la piscina al día para nadar pruebas la mayoría de las cuales duran menos de de 4 min. Realmente, no lo entendía. Ahora, lejos de haber identificado la verdad absoluta, poco a poco voy identificando ideas y esclareciendo conceptos. Al final, te das cuenta que esos amantes del cronómetro y del ritmo no estaban del todo equivocados.

La natación competitiva es un deporte que gana el que toque antes el muro, siempre y cuando haya recorrido la distancia establecida (200m, 400m…), y no sea descalificado por violar el reglamento (salida avanzada, pasar los 15m, más patadas de mariposa de las permitidas en las pruebas de braza, etc.). A partir de aquí, todo se reduce a recorrer una distancia en el mínimo tiempo posible. Por lo tanto, el vencedor habrá sido el más veloz de los participante y, quizá, tambien habrá sido quien posea las menores pérdidas de velocidad a lo largo de la prueba.

En esta línea, la velocidad en natación depende, como deporte cíclico, de las acciones-gestos realizados (frecuencia de brazada – FB) y del desplazamiento obtenido por cada acción (longitud de brazada – LB). Si estos dos elementos se relacionan con la distancia de la prueba, inicialmente cuantos más gestos realize y más desplazamiento se obtenga por gesto, más elevada será la velocidad y antes se llegará para tocar el muro. No obstante, esta relación entre LB y FB no es tan sencilla de definir. Por ejemplo, muy altas FB conllevará reducciones en la LB y viceversa (para más información, consultad el siguiente link).

La LB se relacionará con la variable fuerza (fuerza aplicada) responsable del desplazamiento y la FB con el mantenimiento de esa fuerza a lo largo de la prueba. Entonces, cuanto mayor sea la fuerza aplicada y mayor sea el mantenimiento de la mismo durante la prueba, mejor rendimiento se obtendrá. Procedimentalmente, si se relacionen las variables velocidad obtenida y fuerza aplicada, tanto por brazada como globalmente, se obtendrá potencia. Deportivamente, el concepto interesante a tener en cuenta será el mantenimiento de potencia durante la prueba, es decir, la potencia resistencia.

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No obstante, junto con lo añadido, no se puede obviar que la natación competitiva no sólo depende del desplazamiento lineal si no que intervienen otros elementos como la salida y los virajes, que representan otra parcela de vital importancia dentro del proceso de entrenamiento (para más información sobre el análisis de la prueba, consultad el siguiente link).

Centrando la atención en el concepto “potencia-resistencia”, esta dependerá (1) de  una óptima relación entre LB y FB (más salida y virajes), y (2) de su mantenimiento a lo largo de la prueba, es decir, de la energía necesaria y disponible. Fisiológicamente y definidos de forma brusca, la energía procederá de dos sistemas energéticos: el sistema anaeróbico y el aeróbico. Posiblemente, a lo largo de la prueba estos sistemas irán interviniendo de forma distinta para mantener la velocidad y reducir las pérdidas de ritmo (pace).

Actualmente, la repercusión de cada sistema según la distancia a recorrer ha ido variando según avanzaba la ciencia aplicada a la natación. El concepto “yo nado distancias cortas y por tanto no es necesario desarrollar el sistema aeróbico como tal” es hoy en día erróneo. Observando la tabla siguiente, es remarcable la importancia de ambos sistemas ya sea la distancia de prueba realizada (Rodríguez y Mader 2010).

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Por lo tanto, dicho lo visto y lo escrito, si se centra la atención en el rendimiento final, es irrelevante de donde proceda la energía para ganar la prueba y tocar el muro antes que los demás; la aplicación óptima de aspectos técnicos y tácticos durante la prueba, sustentados éstos por los sistemas energéticos junto a la capacidad de concentración, voluntad y superación del deportista, proporcionarán el logro del objetivo y la mejora esperada. Pero, conocer que esa potencia necesaria procede y se sustenta por vías aeróbicas principalmente hace todo el asunto más sencillo.

[Junto al desarrollo de los dos sistemas energéticos mencionados, no olvidar el condicionamiento físico que actualmente se realiza fuera del agua, el llamado dryland. Aunque es un tema importante y merece toda la atención, no es objeto principal de la entrada (revisar otras entradas del blog).]

Entonces ……

Conclusiones:

  1. Gran parte de los elevados metrajes que se utilizan en la natación competitiva puede que deban su origen a la elevada repercusión del sistema aeróbico. Hay que tener en cuenta que la prueba dura unos minutos pero que para realizarla de X manera hacen falta meses o años de entrenamiento. Como ejemplo, consultar este link sobre 5 años de entrenamiento y control de una de las mejores fondistas (pista y maratón) de la historia, y como la eficiencia y la economía de carrera junto a su madurez competitiva, le proporcionó tales resultados internacionales.
  2. Tales metrajes elevados tienes su ubicación si observamos todo el proceso de entrenamiento. In my opinion, todo tiene su lugar. Estadísticamente, si los campeones olímpicos tienen 22 años de media significa que SEGURO han hecho muchas cosas antes para lograr tal objetivo. En mi mente aparece el concepto/idea de la formación a largo plazo del deportista o la “Long Term Athlete Development” (LTAD) (más información en el siguiente link). Por ejemplo, Pieter Cornelis Martijn van den Hoogenband (1978), doble campeón olímpico en 100m estilo libre (Sydney 2000 y Atenas 2004), posee mejores marcas de edades en 1500m. Entonces, si Pieter destacó internacionalmente en 100m crol a los 21-22 años procedente del 1500m cuando tenía alrededor de 13-14 años, qué nos indica este dato? Es entonces quando el elevado metraje en los entrenamientos toma sentido.
  3. Los planteamientos de prueba son esenciales para lograr la marca objetivo y, por tanto, desplazarse a la velocidad necesaria. Esto sólo tiene una manera de hacerse: haciéndolo en los entrenamientos. Premisa sencilla: si entreno siendo lento, competiré lento. Si se necesitan elevados niveles de potencia para desplazarse a 2m/s por ejemplo, no hay que perder más tiempo y hacerlo durante los entrenamiento. A más a más, si se piensa con el LTAD, no sólo pensar en velocidades de desplazamiento para esta temporada, pensar en velocidades de próximas temporada ya que las que se consigan esta temporada son el camino para lagrar la velocidad deseada 4 ó 6 años vista. Looking at the big picture.
  4. Tener presente las variables LB y FB durante los entrenamientos ya que indican cómo se desplaza el/la nadad@r, junto con el tiempo parcial tomado o el tiempo parcial objetivo.

Referencia:

Rodríguez & Mader. Metabolism and bioenergetics of competitive swimming. En  Ludovic Seifert, Didier Chollet, Iñigo Mújika. World Book of Swimming: From Science to Performance. Nova Science, 2010. ISBN: 978-1-61668-202