Crónica Ironman Lanzarote por Jordi Freixas

Día D Hora H, suena el despertador, raramente he dormido más de 5 horas, me siento descansado, pego un salto de la cama y los nervios erizan mi piel, oigo ruido, Ramón está despierto ya, me levanto y mientras desayunamos sin hambre como de costumbre en estos casos, repaso los últimos preparativos, barritas, geles y mini bocadillos de jamón para la bolsa de vida. Recogemos pertenencias y bajamos paseando para la zona cero, una vez allí último repaso al material y nos disfrazamos de chorizo. Laia me ajusta el neopreno y las preturas me ayudan a mantener el corazón en el pecho, popom popom popom! … Maduixas petit esta medio dormido, el pobre ha madrugado un huevo para ver a su padre 25 segundos a lo sumo, eso si que es amor!!! Últimos achuchones y besos, para desaparecer en la entrada del box, que mérito tiene ser un fiel Supporter!! Y que duro es aguantar horas y horas de espera, a todos ellos mi reconocimiento y amor!

 

Zona acotada de cabezas naranjas, muchas, alrededor de 2600, nos colocamos por la zona trasera de nuestro tiempo, preferimos adelantar obstáculos que ser atropellados por fuera bordas, por casualidad vemos a Debbie, Laia y Jan que nos hacen las últimas fotos, con cara de corderitos seguramente; 3′ grita el speaker, buajjj, esto va en serio, tranquilo pienso! Mantén la calma, salimos, dicen que en ironman el principio del agua es más tranquilo, una p…lla!!!

 

Llueven golpes de todas partes, trato de aguantar la posición y no ponerme nervioso, yo también reparto lo mío, no voy a negarlo, rápidamente veo como alguien se aparta tratando de buscar aire, suele pasar, es una situación muy agobiante, roza el ataque de pánico, lo mejor es abrirse y nadar más metros, pero como hoy me he levantado flamenco, yo tiro por todo el medio, ole mis cojones!!! Estoy deseando llegar a la primera boya, y para describir la situación solo se me ocurre pensar («se va ve enun follon que no va asabe ni doonde sa metio»), veinte personas tratando de pasar por el mismo sitio, es la descripción gráfica de caos, pues eso, no sé cómo pero pasamos, a partir de ahí a tratar de coger velocidad crucero, como dicen los buenos, busco burbujitas y unos pies a mi antojo, me doy cuenta de que bajo nosotros hay un banco de peces enorme, miles de ellos, tenían razón, es impresionante la claridad del océano en Lanzarote, un espectáculo. Acabamos la primera vuelta, una carrerita por la arena y al agua patos otra vez, la cosa está más tranquila ya y solo procuro mantener el ritmo, se me hacen largos los últimos 500 metros, tengo ganas de coger la bici y por fin salgo del agua, como un pato mareado, 1h 19′ corro a por mi bolsa y me meto en la carpa, no hay apenas sitio, pero a lo lejos veo que alguien está acabando ya, me acerco y ocupo su lugar, me cambio por completo, sin prisas, vale la pena invertir tiempo en comodidad, a la carrera recojo mi caballo y alaaa, a volar!! El hecho de salir del agua es una alegría para un gremlin como yo, mi medio son las dos ruedas y es justamente por eso, por lo que tengo que contener mis ganas, guardar y guardar me repito continuamente! Nada más salir de Puerto del Carmen veo la cosa clara, palmeras con tupé, la previsión era de poco viento, pero se ve que el meteorólogo es un tío muy cachondo y estaba de broma, de todas formas ya veníamos a eso, que somos leones o huevones!!! Bueno, mejor me callo.

 

De camino a los hervideros volamos bajo, pero los pros vienen de vuelta ya, atino a ver entre muchos a Degasperi, Raña, Saleta y poquito después a Ricard, mi compi de club (que busca slot a Kona) le pego un grito de ánimo y sigo, paso el golfo, acabo el primer bucle y giramos hacia Timanfaya y empieza la broma, por el amor de algún dios, que alguien cierre la puerta que hay corriente!! Me acoplo, bajo piñones y fuera plato, alegre!, digamos que prefiero ir alegre, que en argot ciclista quiere decir con cadencia, dejamos la zona de camellos a la izquierda. Sé que el final está cerca porque hemos reconocido el terreno, empiezo a bajar, suelo adelantar obstáculos, no bajo mal, pero poco dura el respiro, seguimos sumando kilómetros, Mancha Blanca, Los Vallès, hasta llegar a Teguise, el ambiente allí es brutal, todo el pueblo está en la calle, por un momento me creo importante, pero todo lo bueno se acaba y volvemos a la realidad con la primeras rampas del mirador de Haría. En su cima, me espera la bolsa de vida que ofrecerá los sándwich de jamón en los que llevo pensando hace rato, paro, los guardo y engullo dos en un pis pas. La bajada siguiente es muy técnica y me vengo arriba, me noto fuerte para encarar el mirador del río y eso da confianza. Vuelvo a coger mi ritmo y cuando menos te los esperas aparece la graciosa a tu izquierda, wuauuu!!! Grita mi perseguidor, yo me he quedado mudo… Pero los dos hemos pensado lo mismo.



Ahora si, estamos arriba, toca disfrutar otra vez, curva, contra curva, mi montura responde y el asfalto es genial, siento la adherencia de las gomas y eso molaaaaa!! Vuelvo a rebasar a una quincena de corredores con facilidad, no sé si yo soy muy kamikaze o ellos son demasiado conservadores, más bien lo segundo.

 

Volvemos a Teguise de nuevo un soplo de aire fresco con su gente, otro pequeño bucle más con regalito y por fin de vuelta mirando hacia Tegoyo y superado el último repecho, directos a la T2. Vuelvo a ver a los míos justo antes de saltar de la bici en dirección al box, el voluntario me pilla la bici al vuelo y corro hasta mi bolsa otra vez, vuelvo a deshacerme de la ropa, y me planto camiseta y pantalón ancho, siempre corporativo, como debe ser, una señora muy amable me embadurna en crema solar mientras me cambio, visera, gafas, dorsal y pies para que os quiero?!?! pues para correr una maratón!

 

He apresurado mi salida por un motivo, y es que la megafonia anuncia la llegada del campeón, lo veo en primera fila, y eso es un lujazo que ningún otro deporte del mundo puede ofrecer, Alessandro Degasperi entra a un metro mio y pisa la moqueta roja, impresiona verlo acabar así después de semejante tute.

 

Sin más dilación empiezo a correr y lo primero que hago es mandarle un beso a mi familia, noto las lumbares, es normal después de horas acoplado, se que el dolor desaparecerá y me olvido de todo. La primera vuelta nos llevará hasta Arrecife atravesando todo el aeropuerto con un sol de justicia, se hace largo pero aún estoy fresco, aunque empiezo a notar dolor de estomago, creo que el isotónico con extra de hidratos no ha sido una buena idea, me ahorraré decir marcas, al final eso es algo muy personal y cada maestrillo tiene su librillo, oi Xones?? A estas alturas ya hace rato que me he cruzado con Ricard otra vez, a él ya le queda poca cosa, pero no va muy contento porque solo va a quedar el 20 de su grupo de edad, Jajjajajja si en serio, ¿debe estar mosqueado un tío que ha quedado el 135 de uno de los Ironman más duros del mundo?, pues no, yo creo que no, pero esa es otra liga y otros objetivos, Bravo Hawaiano!!

 


 


 

Sigo para bingo, ya estoy de vuelta y me cruzo con Ramón, va fino el bandarra!! Tiene buena cara, es su sector favorito, sigo sin parar hasta el kilómetro 26 más o menos, bajando el ritmo paulatinamente y después empieza el calvario, mucho dolor de tripa, solo bebo agua para ver si mejora el asunto, pero no veo resultados, intercalo ratos de carrera con otros caminando y faltan unos 14 kilómetros cuando me pasa Ramonjito, es barman y yo le puse el mote, adivináis por qué? Me ofrece seguirle, pero no soy capaz, sé que no puedo estar mucho rato a base de agua e intento morder la naranja a modo de exprimidor. Acabo la vuelta y ya tengo las dos pulseras, eso me anima pero al salir de la zona de meta el repecho de subida me hace polvo, voy un poco grogui y es entonces cuando aparece la familia Sevilla/Martin en mi salvación, amigos de toda la vida que están compartiendo aventura con nosotros, me acompañan un ratito y sigo para delante. Llego al siguiente avituallamiento y justo después es cuando pego la potada del siglo, mi cuerpo dice basta y saco la papilla, un guiri me da una botella de agua mientras espeta un sincero «Well done», eso me reconforta y me repongo rápido aunque mi cuerpo sigue a lo suyo y me dan unos retortijones fuertes, aguanto hasta el senyor «Polyclin» y lo saco todo esta vez por abajo, parece mentira pero me quedo tranquilo, la purga me ha ido bien y vuelvo a trotar otra vez. El resto es un trámite, van cayendo los últimos kilómetros y ya todo da igual. Oigo la megafonía cada vez más fuerte, «gallina de piel» que diría el 14, me acerco a la moqueta y en primera fila tengo a mis amores, nos damos un abrazaco de esos que no se olvidan y recorro los últimos metros con calma para saborear el momento, mientras el speaker dice… Jordi Freixas… YOU ARE AN IRONMAN!!!